Hace
unos días fuimos al Nuevo Darío Contreras. Quisimos verlo funcionando. Escuchar
a los pacientes, qué opinaban, cómo se sentían, cómo era el servicio. Comprobar
si lo que otros decían era cierto. Grabarlo todo y contar lo que vimos y nos
dijeron.
La historia, el video que
servimos hoy es exactamente eso. Ni más ni menos.
El titular que encabeza esta historia, por ejemplo, no lo inventamos nosotros,
fue dicho por uno de los pacientes visitados, Héctor Carreño: ”Me tratan como
familia”.
La satisfacción que se
percibe es total. Preguntados, los pacientes lo expresan con entusiasmo. Se
sienten dignificados en el Nuevo Darío Contreras. ¡Por fin un sitio donde al
pobre lo atienden como si fuera rico!
Con Héctor conversamos: “Por el Darío Contreras que yo conocía antes, venía
asustado. Pero cuando llegué he sentido, bueno, para mi fue una sorpresa, una
sorpresa. Yo no sabía que esto estaba así. Si cualquier sensor falla,
inmediatamente aquí viene un técnico y lo resuelve. ¿La higiene? Aquí limpian 3
veces por día”.
Wagner Batista dice que lo
han tratado "bien, bien" y que va a salir “nuevo".
Ariel Montilla no quiere irse de lo bien que lo tratan: desayuno, comida, cena
y aire acondicionado. Parece una broma. Y no lo es. “Por un lado, cómo le
digo, no quisiera irme, porque me han tratado demasiado bien”.
La niñita de Deyanira
Valerio llegó al Nuevo Darío Contreras cojeando. Inmediatamente la acomodaron
en una silla de ruedas.
Deyanira, su madre, se lleva una sorpresa: “Veo que ya me voy y no me han
hablado de dinero”, dice y sonríe.
No habla mentira. Basta recordar aquellas palabras del presidente Danilo Medina
el 23 de febrero de este año.
En la entrega del Nuevo
Darío Contreras a la comunidad médica, el presidente de la República fue muy
claro y enfático:
“No queremos hospitales de calidad para que luego ningún pobre pueda recibir
los servicios, porque el dinero que cobra no le permite ser atendido en estos
hospitales”.
Reclamó, exigió Danilo Medina, que ahora que posee la calidad que tiene, el
Nuevo Darío Contreras tenía que seguir siendo un hospital para los pobres.
Construir Patria digna y solidaria es poner el Estado al servicio de los que
menos pueden, porque los poderosos se las arreglan solos.
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